We Have Always Lived in the Castle es la última novela de Shirley Jackson, la cual nos deja uno de los personajes más inolvidables de la literatura: Merricat, la protagonista de esta obra, que nos sumerge con humor negro en lo siniestro.

Una familia disfuncional en un pueblo rústico y un evento que rompe el statu quo le alcanzan a Jackson para mostrar la discriminación, la violencia colectiva y la importancia de los vínculos y el afecto.

La historia gira en torno a la vida de las hermanas Blackwood y su tío Julián. Los tres viven en la mansión familiar donde seis años atrás el resto de la familia murió envenenada. Los habitantes del pueblo nunca los han querido, según nos cuenta Merricat, la hermana pequeña y narradora, y acusan a su dulce hermana Constance del envenenamiento a pesar de haber sido absuelta por las autoridades…

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Imprescindible para quienes ya se han deleitado con The Haunting of Hill House o los cuentos de The Lottery, es también una excelente manera de ingresar a la narrativa de esta autora que fue un faro literario para grandes escritores, como Stephen King y Neil Gaiman.

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ph @elizabethfoster_

Fuente: Lectores de la casa.