El maestro de la Ciencia Ficción vuelve para contarnos de futuros posibles… que nunca hubieras imaginado.

Él amó el estudio de la tecnología y la ciencia, por eso se dedicaba a pensar en qué podian derivar sus avances. Así inspiró a grandes de otros rubros, como a Spielberg; este escritor que se vio ante la necesidad de ser autodidacta, a falta de presupuesto para hacer su carrera universitaria.

Más adelante, su mujer y gran aliada, fue quien confió en su talento y dió sosten a la familia; para que él pudiera tomar vuelo en la literatura.

Y así fue: sus distopías se posicionaron al nivel de 1984 o Brave New World. De todas formas, el autor siempre aclaró que no intentaba ser apocalíptico sino, más bien, prevenir desastres.

En el caso de Fahrenheit 451, plantea un tiempo no muy lejano donde los libros son quemados por una fuerza especial de bomberos; imponiendo así el consumo de los medios audiovisuales. Bradbury se basa en la certeza de que una sociedad sin libros, no tiene pasado y, por ende, tampoco futuro.

Provocador y creativo, siempre te invita a re-pensar lo establecido y mirar la realidad desde nuevas ópticas; también se destacó por ser una gran cuentista. Así es como publicó compilaciones de cuentos cortos como Illustrated Man, para los que prefieren las lecturas breves.

Ni que hablar de Martian Chronicles, en este caso una conjunto de crónicas, en las cuales la raza humana debe buscar ya nuevos destinos para asentarse y así llegan a suelo marciano. Nos encantó cómo despliega el modo de vida de sus nativos y la relación que entablan con los seres humanos.

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Featured image: Devon Devereaux, in acrylic paint.